Archivo del Autor: Juan Carlos Doncel

La leyenda de Garoé y la conquista de Canarias (siglo XV)

En la isla de Hierro, la más occidental del archipiélago canario, existía (está atestiguado históricamente) un árbol muy especial llamado Garoé. A mil metros de altitud, en las cumbres de la isla, un viejo y robusto laurel de gran tronco e inmensa copa retenía la humedad que traían los vientos alisios. Por condensación, esa humedad se convertía en gotas que caían por las hojas del venerado árbol, ofreciendo agua dulce de gran calidad y suavizando las penurias de los habitantes del Hierro (bimbaches), con frecuencia sometidos a duras sequías. Ese proceso natural se denomina lluvia vertical y se observa en zonas altas de otras islas del archipiélago.
Los nativos herreños excavaron varios aljibes o depósitos en la roca donde almacenar el agua que caía del árbol. Al parecer, la llegada de los extranjeros europeos y norteafricanos en busca de esclavos u otros productos (orchilla) se vió dificultada por la falta crónica de agua. Ante la presencia extranjera, los isleños se refugiaban en el in (Read more…) y se abastecían de Garoé mientras sus enemigos, que desconocían la existencia y ubicación del árbol, abandonaban la isla agotados por la sed. Los bimbaches nunca entendieron el interés codicioso de los extranjeros por la orchilla, una especie de líquen que crecía en los acantilados más inaccesibles y que empleaban para elaborar un tinte púrpura muy demandado por las élites europeas.
El árbol sagrado sobrevivió a la conquista de la isla en el siglo XV: fue derribado por una tempestad en 1610; hoy quedan como testigos de su existencia los aljibes construídos por los nativos y un nuevo árbol plantado en 1957 que ya tiene cierto porte (ver foto inferior).

Una LEYENDA de la época del comienzo del dominio español vincula la conquista del Hierro al fin del secreto del «Ã¡rbol que lloraba lágrimas». Cuando una de las primeras expediciones conquistadoras llegó a la isla, los jefes bimbaches se reunieron y decidieron camuflar su árbol sagrado y prohibir que nadie desvelara su secreto, de esa forma pretendían disuadir a los extranjeros de permanecer en un territorio con graves problemas de abastecimiento de agua. Sin embargo, una isleña llamada Agarfa se enamoró de un joven soldado andaluz y terminó desvelando el secreto y de esa forma condenado a la esclavitud y la dominación a su pueblo. Los suyos la raptaron en el campamento castellano y la ahorcaron al alba del día siguiente. Según la leyenda, desde entonces los herreños perdieron la única ventaja que tenían frente a las armas superiores de los europeos y su derrota fue segura. Armiche, el único mencey o rey de Hierro, tuvo que someterse y fue llevado cautivo lejos de su isla.
Una versión novelada de esta leyenda la desarrolla Alberto Vázquez-Figueroa en su reciente novela Garoé. Una persona a la que apreció mucho me regaló esta novela. Su lectura me hizo pensar en las posibilidades didácticas de esa historia legendaria como forma de introducir a los alumnos de 2º de ESO en una etapa apasionante de la Historia.

La expansión económica, el desarrollo de la navegación marítima y el cambio de mentalidad al que asistimos a finales de la Edad Media abrió paso a la era de los descubrimientos con la que comienza el periodo que conocemos como Edad Moderna. Castellanos y portugueses se lanzaron a la conquista del Atlántico y en ese camino las islas afortunadas eran un primer paso.
El archipiélago canario estaba habitado por población de origen bereber procedente de África y que conocemos con el nombre genérico de guanches (en sentido estricto ese nombre se aplicaría exclusivamente a los habitantes de Tenerife). Probablemente fueron trasladados a las islas por los fenicios, que conocían las Canarias y necesitaban mano de obra que les permitiera explotar sus recursos: elaboración del garum (salsa de pescado), recogida de la orchilla.
Después llegaron más de mil años de aislamiento hasta que en el siglo XIV europeos y norteafricanos empezaron a arribar a las islas en busca de esclavos y orchilla. Pero la verdadera conquista empezó a comienzos del siglo XV y no finalizó hasta finales de la centuria, ya descubierta América, cuando los últimos nativos rebeldes fueron derrotados en Tenerife y la Palma. Los primeros conquistadores fueron dos normados del norte de Francia que actuaban, sin embargo, bajo vasallaje de la Corona de Castilla; se trató de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle. Convertidas en tierras de señorío (feudo), pasaron después a manos del sobrino de Jean, Maciot de Bethencourt, que a su vez las vendió a otros señores castellanos. En ese periodo Portugal mostró interés por incluir las islas en su zona de influencia, lo que favoreció que a finales del siglo XV los Reyes Católicos las convirtieran en tierras de realengo (territorio bajo control directo del rey) e iniciaran la conquista definitiva de las últimas islas rebeldes en 1478: Gran Canaria, la Palma y Tenerife. Esta última se rindió en 1496 y su control no estuvo exento de reveses, como la derrota de Acentejo frente al caudillo guanche Bencomo.
Durante la conquista la población nativa sufrió con dureza el maltrato y muchos de ellos fueron vendidos como esclavos en diversos mercados de esclavos europeos y norteafricanos. Tras el dominio total de las islas, las prácticas esclavistas continuaron a pesar de ser prohibidas.

Navíos de la Edad Moderna

Desde la Plena Edad Media hasta el siglo XVI las carracas surcaron los mares europeos. Eran navíos grandes y robustos, redondos, de alto bordo, de velas, especializados en el transporte de grandes cargas en travesías largas, aptos para el comercio entre Flandes y el Mediterráneo, y posteriormente para atravesar el Atlántico. Provenían de modificar la coca nórdica.
Más pequeña que la carraca, pero de excelentes condiciones marineras fue la carabela (ver primera foto y vídeo), embarcación a vela, ligera, alta y larga hasta 30 m, estrecha que contaba con tres mástiles sobre una sola cubierta y un castillo elevado en la proa y otro en la popa. Llevaba velas cuadras en los palos trinquete y mayor, y aparejo latino en el mesana. Gracias a estas características pudo afrontar con éxito los viajes a través del océano y fue utilizada por Colón en su descubrimiento y primera exploración de América. Navegaba a diez kilómetros por hora, y fue utilizada por españoles y portugueses en los viajes de ex (Read more…) durante el siglo XV. El timón de codaste, gruesa pieza de madera colocada en la popa le permitía a la nave mantener una dirección o rumbo.
La galera o galeaza era un barco apto para la navegación en el mar mediterráneo pero incapaz de competir con carabelas y galeones en las travesías atlánticas. Impulsado por la fuerza de los remos y, en ocasiones, por el viento, contaba con una o más velas grandes (ver segunda foto).
El galeón fue una embarcación a vela utilizada desde mediados del siglo XV. Consistía en un bajel grande, de alto bordo que se movía por la acción del viento. Fue una derivación de la carraca pero combinada con la velocidad de la carabela. Los galeones eran barcos de gran tamaño y poseían gran capacidad de fuego (ver tercera foto).
En el siglo XVII aparece el navío de línea (ver última foto), que era un buque de guerra de palos con aparejo de velas cuadradas y de dos a tres cubiertas artilladas. Ante los avances de la artillería naval y las mejoras técnicas de los barcos de vela, era necesario desarrollar un tipo de buque cada vez más con más potencia artillera, preparado para desarbolar y destruir los navíos enemigos. En este nuevo concepto de batalla naval, el abordaje se convertía en un último recurso. Los navíos de línea alcanzaron su plenitud en el siglo XVIII. El mayor jamás construido fue el barco español «Santísima Trinidad» (ver vídeo), hundido al sur de Cádiz después de la batalla de Trafalgar (1805).



´

Navíos de la Edad Moderna

Desde la Plena Edad Media hasta el siglo XVI las carracas surcaron los mares europeos. Eran navíos grandes y robustos, redondos, de alto bordo, de velas, especializados en el transporte de grandes cargas en travesías largas, aptos para el comercio entre Flandes y el Mediterráneo, y posteriormente para atravesar el Atlántico. Provenían de modificar la coca nórdica.
Más pequeña que la carraca, pero de excelentes condiciones marineras fue la carabela (ver primera foto y vídeo), embarcación a vela, ligera, alta y larga hasta 30 m, estrecha que contaba con tres mástiles sobre una sola cubierta y un castillo elevado en la proa y otro en la popa. Llevaba velas cuadras en los palos trinquete y mayor, y aparejo latino en el mesana. Gracias a estas características pudo afrontar con éxito los viajes a través del océano y fue utilizada por Colón en su descubrimiento y primera exploración de América. Navegaba a diez kilómetros por hora, y fue utilizada por españoles y portugueses en los viajes de exploración durante el siglo XV. El timón de codaste, gruesa pieza de madera colocada en la popa le permitía a la nave mantener una dirección o rumbo.
La galera o galeaza era un barco apto para la navegación en el mar mediterráneo pero incapaz de competir con carabelas y galeones en las travesías atlánticas. Impulsado por la fuerza de los remos y, en ocasiones, por el viento, contaba con una o más velas grandes (ver segunda foto).
El galeón fue una embarcación a vela utilizada desde mediados del siglo XV. Consistía en un bajel grande, de alto bordo que se movía por la acción del viento. Fue una derivación de la carraca pero combinada con la velocidad de la carabela. Los galeones eran barcos de gran tamaño y poseían gran capacidad de fuego (ver (Read more…)

Represión en la Guerra Civil Española

Aunque el mapa de la represión en la zona republicana es bien conocido y la inmensa mayoría de sus víctimas fueron recuperadas, enterradas y honradas, no ocurrió ni ocurre todavía lo mismo con los que sufrieron la violencia franquista. Decenas de miles de personas siguen sin ser localizadas y desenterradas para honrarles con una sepultura digna. Sobre el abandono y el silencio que se cernió sobre las víctimas del bando legítimo y la necesidad de romperlo es muy interesante la iniciativa reciente (Read more…)

Represión en la Guerra Civil Española

Aunque el mapa de la represión en la zona republicana es bien conocido y la inmensa mayoría de sus víctimas fueron recuperadas, enterradas y honradas, no ocurrió ni ocurre todavía lo mismo con los que sufrieron la violencia franquista. Decenas de miles de personas siguen sin ser localizadas y desenterradas para honrarles con una sepultura digna. Sobre el abandono y el silencio que se cernió sobre las víctimas del bando legítimo y la necesidad de romperlo es muy interesante la iniciativa reciente de un grupo de artistas e intelectuales españoles (ver vídeo).
En la zona republicana la represión tuvo su principal ejecutor en las milicias obreras, fundamentalmente anarquistas y comunistas, y su escenario temporal se ciñó principalmente a los primeros meses de la contienda. En esos meses el caos se impuso en un territorio en el que el gobierno legítimo ni pudo ni supo controlar los excesos de unos milicianos mal disciplinados de los que, le gustara o no a dicho gobierno, dependía en buena medida la supervivencia del régimen democrático republicano. La constitución del gobierno de concentración de Largo Caballero logró imponer cierto orden y organizar un ejército. A partir de ese momento la represión no se eliminó pero se redujo de forma ostensible.
En la zona franquista la violencia política tuvo un carácter sistemático y fue organizada desde el mando militar golpista con la intención de imponer el miedo y neutralizar definitivamente el «problema rojo». Si en el área republicana las víctimas de la represión fueron la nobleza, la oligarquía económica y los miembros del clero y de los partidos de la derecha monárquica o fascista, en el territorio rebelde la violencia se centró en los militantes de partidos obreros y republicanos y en las capas sociales que los sostenían: jornaleros, obreros industriales, clases medias progresistas.
Un ejemplo (Read more…)

Uso del cine en las Aulas: "El señor de la guerra" (1965)

Aquí presento una programación didáctica aplicada al visionado de la película el «El señor de la guerra», magnífico film que muestra de forma veraz la vida en la Edad Media, las forma de hacer la guerra, las amenazas sobre la Europa feudal y las relaciones sociales, feudo-vasalláticas y de servidumbre.

FICHA DE LA PELÍCULA: El señor de la guerra (The war lord). Dirección: Franklin Schaffner. Intérpretes: Charlton Heston, Richard Bone, Rose Mary Forsyth, Guy Stockwell. Música: Jerome Moross. Guión: John Collier, Millard Kaufman. Producción: Walter Seltzer. Director de fotografía: Russell Metty. Año: 1965. Duración: 116 minutos. (Read more…)

Sinopsis: En plena Edad Media, el Duque de Normandía encarga la defensa de un área costera poco habitada y muy aislada a uno de sus más fieles vasallos, Crisabón de la Cruz. El territorio, bajo la amenaza continua de las incursiones frisias, está habitado por campesinos muy pobres que mantienen todavía creencias precristianas, entre las que destaca el derecho del señor a disfrutar de sus siervas la noche antes de su boda. Crisabón se enamora de una de esas campesinas y abusa de ese derecho provocando una revuelta campesina que buscará apoyo en los frisios.

JUSTIFICACIÓN. Está película tiene muchas posibilidades para el área de Ciencias Sociales, especialmente para la enseñanza de la Historia Medieval. Esta etapa histórica ha estado tradicionalmente rodeada de una aureola épica y frecuentemente ha sido tratada por el cine desde esa perspectiva; esto dificulta sobremanera encontrar películas del período que nos presenten una visión real y auténtica del feudalismo y las relaciones vasalláticas y de servidumbre. El señor de la guerra es una película de aventuras que logra entretener a la vez que muestra con claridad las bases de la sociedad feudal: las relaciones señores-siervos y las relaciones vasalláticas, el peso de la tradición y la importancia de las creencias religiosas, las amenazas de pueblos extranjeros (frisios y antes vikingos) y las duras condiciones de vida de la época. A pesar de sus virtudes, presenta algunas desventajas como su antigüedad que provocan cierto rechazo inicial en los alumnos.

GRUPO DE ALUMNOS. La película se ofertará a los alumnos de 2ºESO en visionado separado por clases. Cada clase de 2º ESO en La Roca de la Sierra suele tener entorno a 20-23 alumnos. 2º ESO es el único nivel que recoge el estudio de la historia medieval y por ello ha sido elegido para proyectar la película.

OBJETIVOS

-Conocer las diferencias sociales en la época feudal, es decir, distinguir entre relaciones feudovasalláticas (entre hombres libres) y las relaciones de servidumbre (entre nobles y siervos).

-Conocer las duras condiciones de vida que existían en la Edad Media.

-Entender como era la guerra en la etapa medieval, conociendo las principales técnicas y tácticas defensivas y ofensivas de combate.

-Conocer la importancia de las creencias religiosas y la superstición en épocas históricas anteriores y el peso de la tradición en la vida de las personas.

-Valorar la igualdad social y el respeto a los derechos humanos que hoy se asume en todos los estados democráticos como una conquista reciente de la Humanidad que no existía en otros periodos históricos.

-Valorar la necesidad de asumir la tolerancia religiosa y el rechazo a toda superstición y dogmatismo.

-Aprender a interpretar el lenguaje cinematográfico y a obtener de una película de aventuras una lectura más compleja que nos permita conocer nuestro pasado.

CONTENIDOS

-Relaciones sociales en la Edad Media: relaciones feudovasalláticas y de servidumbre.

-La vida cotidiana en la etapa medieval.

-Creencias religiosas y tradición durante el Medievo.

-Tolerancia religiosa e igualdad social.

-La guerra en la Edad Media.

SECUENCIACIÓN. El metraje de la Película (116 min.) obliga a dividir su visionado en tres clases de 50 minutos cada una. Hay que tener en cuenta que en esas tres sesiones habría que incluir el tiempo dedicado a una breve presentación del film de no más de 10 minutos y la explicación que el profesor lleve a cabo parando la película en las escenas más importantes y representativas, muchas de las cuales exigirán una explicación para su correcta comprensión. Por último dedicaremos una cuarta sesión a poner en común los principales contenidos aprendidos, a conocer la opinión de los alumnos sobre la película y reflexionar sobre sus principales escenas; como punto de partida tomaremos la corrección de un cuestionario sobre la película que rellenarán en casa.

METODOLOGÍA. La película será el colofón a varias semanas de explicación de la sociedad feudal y sus estructuras políticas y socioeconómicas. Formará parte de una unidad didáctica más amplia en la que tendrá un papel fundamental pero terminal. Durante el estudio de la sociedad feudal analizaremos los distintos grupos sociales y sus relaciones, haciendo también hincapié en la importancia del factor ideológico-religioso. Entre las actividades previas a la película, los alumnos dibujarán un feudo parecido al que aparece en el largometraje y que incluirá todos sus elementos principales. Para finalizar, procederemos al visionado de El señor de la guerra. Cómo ya se indicó anteriormente, primero haremos una breve introducción que sitúe al alumno y luego se procederá a su proyección. Se trata de una película llena de símbolos y detalles que los alumnos por sí mismos difícilmente podrían captar, de manera que sería recomendable hacer pequeñas paradas en las que se explicaran convenientemente algunas escenas y situaciones. En la última sesión, donde pondremos en común las reflexiones echas por cada alumno en el cuestionario que tendrán que realizar en casa, intentaremos que el alumnado aprenda a sacar el máximo jugo del film.

EVALUACIÓN. Se pretende evaluar la capacidad del alumno para captar en el largometraje las relaciones sociales en la Edad Media, la importancia del hecho religioso y el peso de la superstición, así como la relevancia de la guerra como forma de resolución de conflictos en una época especialmente violenta de la Historia. Se valorará en el alumno su interés y curiosidad así como el comportamiento: es muy importante el silencio y la concentración para poder entender lo más posible en una película llena de matices y detalles de gran interés pedagógico.

Esas variables se evaluarán durante la proyección de la película y también durante la última sesión en la que reflexionaremos sobre ella a partir de un sencillo cuestionario que tendrán que trabajar en casa y que cuya realización será revisada al comienzo de dicha cuarta sesión.

Uso del cine en las Aulas: "El señor de la guerra" (1965)

Aquí presento una programación didáctica aplicada al visionado de la película el «El señor de la guerra», magnífico film que muestra de forma veraz la vida en la Edad Media, las forma de hacer la guerra, las amenazas sobre la Europa feudal y las relaciones sociales, feudo-vasalláticas y de servidumbre.

FICHA DE LA PELÍCULA: El señor de la guerra (The war lord). Dirección: Franklin Schaffner. Intérpretes: Charlton Heston, Richard Bone, Rose Mary Forsyth, Guy Stockwell. Música: Jerome Moross. Guión: John Collier, Millard Kaufman. Producción: Walter Seltzer. Director de fotografía: Russell Metty. Año: 1965. Duración: 116 minutos.

Sinopsis: En plena Edad Media, el Duque de Normandía encarga la defensa de un área costera poco habitada y muy aislada a uno de sus más fieles vasallos, Crisabón de la Cruz. El territorio, bajo la amenaza continua de las incursiones frisias, está habitado por campesinos muy pobres que mantienen todavía creencias precristianas, entre las que destaca el derecho del señor a disfrutar de sus siervas la noche antes de su boda. Crisabón se enamora de una de esas campesinas y abusa de ese derecho provocando una revuelta campesina que buscará apoyo en los frisios.

JUSTIFICACIÓN. Está película tiene muchas posibilidades para el área de Ciencias Sociales, especialmente para la enseñanza de la Historia Medieval. Esta etapa histórica ha estado tradicionalmente rodeada de una aureola épica y frecuentemente ha sido tratada por el cine desde esa perspectiva; esto dificulta sobremanera encontrar películas del período que nos presenten una visión real y auténtica del feudalismo y las relaciones vasalláticas y de servidumbre. El señor de la guerra es una película de aventuras que logra entretener a la vez que muestra con claridad las bases de la sociedad feudal: las relaciones señores-siervos y las relaciones vasalláticas, el peso de la tradición y la importancia de (Read more…)

Inmigración en España

España es hoy un país de inmigrantes. Hasta hace solo 20 años lo había sido de emigrantes. Los españoles emigraron hacia América (finales XIX, primera mitad siglo XX) y luego hacia Europa Occidental en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado; además entre 1950 y 1980 se produjo un fuerte éxodo rural, es decir, emigración del campo a la ciudad. A todo ello habría que añadir la emigración forzada (exilio) provocada por la Guerra Civil, y que se dirigió fundamentalmente hacia Francia y América Latina (Argentina, México, etc.) En la actualidad y desde hace 20 años, España recibe una gran cantidad de población extranjera, población que hoy representa más del 12% de los 47 millones de habitantes que tiene nuestro Estado. La mayoría de esos inmigrantes preceden de América del Sur (Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina), este de Europa (Rumanía, Polonia) y norte y centro de Africa (Marruecos, Senegal). La cara más trágica y dura de este fenómeno es la inmigración ilegal; la mayoría de l (Read more…) ilegales entran en España por aeropuertos y fronteras terrestres y muchos de ellos con visado de turista, pero otros se juegan la vida realizando una arriesgada travesía en embarcaciones destartaladas (cayucos, pateras) entre África y las costas andaluzas o canarias. Si pinchamos en la imagen podemos ver un VÍDEO DE TELEVISIÓN ESPAÑOLA sobre su odisea.


Inmigración en España

España es hoy un país de inmigrantes. Hasta hace solo 20 años lo había sido de emigrantes. Los españoles emigraron hacia América (finales XIX, primera mitad siglo XX) y luego hacia Europa Occidental en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado; además entre 1950 y 1980 se produjo un fuerte éxodo rural, es decir, emigración del campo a la ciudad. A todo ello habría que añadir la emigración forzada (exilio) provocada por la Guerra Civil, y que se dirigió fundamentalmente hacia Francia y América Latina (Argentina, México, etc.) En la actualidad y desde hace 20 años, España recibe una gran cantidad de población extranjera, población que hoy representa más del 12% de los 47 millones de habitantes que tiene nuestro Estado. La mayoría de esos inmigrantes preceden de América del Sur (Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina), este de Europa (Rumanía, Polonia) y norte y centro de Africa (Marruecos, Senegal). La cara más trágica y dura de este fenómeno es la inmigración ilegal; la mayoría de los ilegales entran en España por aeropuertos y fronteras terrestres y muchos de ellos con visado de turista, pero otros se juegan la vida realizando una arriesgada travesía en embarcaciones destartaladas (cayucos, pateras) entre África y las costas andaluzas o canarias. Si pinchamos en la imagen podemos ver un VÍDEO DE TELEVISIÓN ESPAÑOLA sobre su odisea.