
Aprendizaje Basado en Proyectos, de alumnos consumidores a productores
El ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) es una sigla muy socorrida en centros educativos que se replantean formas de enseñar más centradas en el alumno como sujeto que aprende, y no tanto en el docente como transmisor de conocimientos ni en el contenido objeto de aprendizaje. Apostar por este modelo de enseñanza no debe implicar, en absoluto, desmerecer las prácticas más expositivas que realizamos los docentes. El truco está en saber conjugar ambas estrategias: expositivas con indagatorias. Ambas son necesarias para que los aprendices sean competentes.
Son muchas las referencias que encontramos en la Red relacionadas con ABP, algunas más dilatadas y otras en forma de pequeñas dosis. En este artículo pretendemos recopilar las pautas más significativas para iniciar y llevar a cabo un proceso de enseñanza-aprendizaje de este calibre. Para ello, ofrecemos no solo información, sino también recursos que serán de utilidad, ya seas inexperto, principiante o experimentado en ABP.
- Arrancando un proyecto ABP
- El papel de docentes y alumnos
- El trabajo colaborativo
- La pregunta guía y el producto final
- El proceso de investigación
- Herramientas TIC
- Evaluación en ABP
- Top 10 ABP
1. Arrancando un proyecto ABP.
El ABP, en inglés Project Based Learning (PBL), es una metodología que propicia el papel activo del alumnado en el aprendizaje por competencias, aunando sus intereses y necesidades con las prescripciones educativas, en base a la realización de un proyecto para llegar a un producto final que, a priori, supone un reto.
Este reto se formula en modo de pregunta guía (o preguntas) que implica enfrentarnos a una situación poblemática real, problema que los estudiantes deberán resolver siguiendo un proceso de investigación-acción que les permita poner en juego, no solo conocimientos, sino también procedimientos, habilidades y actitudes de una forma interdisciplinar y colaborativa. De este modo, propiciamos que los alumnos den sentido a lo que aprenden, es decir, que apliquen en la práctica lo que saben, fomentando aprendizajes más funcionales, más significativos y perdurables en el tiempo.
Un proceso de ABP puede sintetizarse en los siguientes pasos, recogidos en una infografía de aulaPlaneta:
Algunas de las ventajas del ABP: empodera a los alumnos, les motiva, fomenta su creatividad, desarrolla su autonomía y capacidad de crítica, posibilita la atención a la diversidad, facilita el tratamiento globalizado e interdisciplinar del currículo, permite la enseñanza multinivelar, impulsa tareas competenciales, etc. Como modelo de metodología activa, podemos conocer muchas otras ventajas del ABP en el artículo "¿Cueces o enriqueces? Metodologías activas al servicio del que aprende".
2. El papel de docentes y alumnos.
Una máxima: el docente aprende a la vez que enseña. Trabajar por proyectos NO requiere de docentes expertos, sino de docentes que pongan en alza su papel de orientadores, de guías, de mediadores. Este rol va ligado a las siguientes acciones: tomar como referencia el currículo en el planteamiento del proyecto, suscitar el interés por el mismo, formar los grupos e implicar a todos los alumnos, proponer retos, acompañar en el proceso de investigación, facilitar recursos, prestar ayuda, dinamizar las distintas fases, revisar y aportar retroalimentación, etc. En definitiva: dirigir y coordinar todo el proceso.
Los alumnos y alumnas pasan de ser receptores pasivos a protagonistas de su aprendizaje; esta frase es la esencia de las metodologías activas. Se convierten en sujetos que, con las orientaciones del docente, investigan, crean, aprenden y aplican lo aprendido en la resolución de problemas reales. De este modo, entrenan tanto procesos cognitivos inferiores como superiores de la Taxonomía de Bloom.
Pero, ¡ojo!, el nuevo papel que debe asumir el alumnado no es sencillo, ya que se le pide que aprenda a trabajar de forma autónoma, responsable y colaborativa, y muchos estudiantes no saben porque no han tenido oportunidades para hacerlo. De ahí, la importancia de las estrategias metodológicas, las cuales, deben motivarlos para que asuman e interioricen su nuevo rol como algo que les enriquece, no solo dentro del aula, sino también fuera de ella. Por eso, el ABP constribuye a que los alumnos sean más competentes como ciudadanos.
Un consejo: ante todo calma, cordura, sensatez… Enseñar con ABP conlleva un período de adaptación. Aconsejamos buscar el equilibrio entre el estilo de aprendizaje de los alumnos, sus experiencias previas y el rol del docente como guía. Habrá estudiantes que requieran un acompañamiento muy sistemático durante el proyecto y otros que sean más autónomos desde el principio. Nuestro papel es ayudar a TODOS a aprender por sí mismos.
Trabajar por proyectos requiere hacerlo en colaboración con otros. El trabajo en equipo es un valor añadido en el aprendizaje, pero, para que realmente funcione, es preciso que nos aseguremos de que los grupos están bien conformados.
¿Cómo formar los grupos de trabajo? Conviene tener en cuenta una serie de preceptos en la formación de los grupos:
- Crear grupos de entre cuatro y cinco alumnos, a lo sumo.
- Formar grupos mixtos, de chicos y chicas.
- Valorar compatibilidades e incompatibilidades entre los integrantes.
- Mezclar alumnos con distintos ritmos y estilos de aprendizaje: alumnos capaces de ayudar a los demás, alumnos con dificultades de aprendizaje y resto de alumnos.
Una vez que estén los grupos formados, debemos asignar un rol a cada miembro, conforme a las funciones que queremos que desempeñen. Por ejemplo:
- Un coordinador, encargado de que todos entiendan y participen en la tarea, que actúe como portavoz de grupo y mediador con el profesor.
- Un secretario, responsable del diario de equipo, que anote y recuerde las tareas que deben realizarse.
- Un controlador, tanto del tiempo como de los materiales, y del nivel de ruido que provoca el grupo.
- Un crítico respecto al funcionamiento del equipo, que dé orientaciones para que el grupo mejore y avance.
Se trata de repartir el trabajo, para que todos y cada uno de los alumnos tengan responsabilidades y funciones que asumir, teniendo en cuenta que el trabajo cooperativo es la base estructural del ABP.
Asimismo, como docentes, nos ocuparemos de organizar el aula para que la comunicación entre los grupos sea directa, fácil, fluida... y de supervisar que el trabajo se reparte justamente entre los miembros del equipo, interviniendo para redirigir el trabajo si detectamos problemas de funcionamiento.
4. La pregunta guía y el producto final.
What´s the question? El producto final está en estrecha relación con la pregunta guía del proyecto (en inglés, Driving Question). Alrededor de esta pregunta debe girar toda la investigación. Es la forma de darle sentido al proyecto para que los alumnos lo perciban como un reto.
Para ello, la pregunta guía debe ser los suficientemente provocativa, compleja y de respuesta abierta para crear un propósito. Un propósito que empujará a los alumnos hacia una solución o soluciones que deben investigar. En esa solución es donde encontramos al producto final, que da sentido al proceso previo de investigación. Si la investigación es parte imprescindible del proceso de aprendizaje ABP, no lo es menos la necesidad de crear algo nuevo a partir de lo analizado. Esta es la forma de que los alumnos no solo sean consumidores, sino también productores.
Los productos finales pueden ser de diversa naturaleza y complejidad, y diseñarse tanto en formato analógico como digital. Algunos ejemplos son:
- Productos finales sencillos: folleto, guía, infografía, mapa mental, dibujo, podcast, noticia, presentación, discurso, cuento, cómic, diccionario, glosario, mural, cartel, canción, artículo, decálogo, manual de instrucciones, recetario, cuestionario o formulario, entrevista, presupuesto, itinerario o ruta, collage, ilustración, línea del tiempo, etc.
- Productos finales complejos: campaña publicitaria, corto o vídeo, lapbook, programa de radio o TV, periódico o revista escolar, spot publicitario, guion radiofónico, tutorial, acción social de denuncia o ayuda, exposición, maqueta o diorama, robot, representación teatral, encuesta, página web o blog, experimento, galería fotográfica, libro, sketches, app, juego o videojuego, mapa, viaje, transformación de espacios, feria, concurso, etc.
A continuación, proponemos también ejemplos de preguntas guía vinculadas a problemas de nuestra realidad socioeducativa, con posibles productos finales que se podrían diseñar:
- ¿Es posible tener privacidad en la red? Producto final: creación de un decálogo sobre prescripciones para cuidar nuestra privacidad como internautas.
- ¿Juguetes sexistas hasta cuándo? Producto final: creación de un catálogo publicitario de juguetes, libre de estereotipos de género.
- ¿Qué consecuencias existen, a corto y largo plazo, para los protagonistas de una situación de acoso escolar? Producto final: creación de un rap, o similar, de denuncia pública del bullying.
- ¿Podemos tener espacios de recreo más inclusivos? Producto final: creación y puesta en práctica de una batería de juegos no discriminatorios donde puedan participar todos los alumnos.
- ¿Qué nos identifica como iguales a las diferentes culturas? Producto final: exposición de elementos característicos de las principales culturas presentes en un centro educativo.
- ¿Cuántas lenguas y dialectos escuchamos a nuestro alrededor? Producto final: creación de murales, con su correspondiente audioguía, de textos grabados en diferentes lenguas y dialectos para celebrar el Día Internacional de las Lenguas.
- ¿Cómo contribuimos a la sostenibilidad ambiental de nuestro centro educativo? Producto final: programa de radio para promocionar acciones beneficiosas de la comunidad escolar en la protección y cuidado medioambiental del centro.
5. El proceso de investigación.
Una vez que tenemos definida nuestra pregunta guía y decidido el producto final, tenemos que marcar submetas para encauzar el proyecto. Se trata de pautar el proceso a seguir, enfrentando a los alumnos a pequeños retos que conducen hasta el producto final. Para ello, debemos planificar tareas parciales vinculadas a los intereses del proyecto. Por ejemplo, con la siguiente secuencia:
- Lluvia de ideas sobre lo que los alumnos conocen del tema objeto de investigación.
- Búsqueda y análisis de la información sobre el tema, utilizando diferentes fuentes (escritas, orales, digitales,...). El análisis debe conducir a la selección más pertinente de esa información, que puede recopilarse en una carpeta de equipo, un blog, un documento colaborativo, un disco duro virtual, etc.
- Organización, síntesis e interpretación de la información seleccionada, por medio de organizadores gráficos, mapas conceptuales, etc.
- Puesta en común de la información ya organizada, resaltando las conclusiones coincidentes entre los grupos de trabajo y la información que es diferente de cada grupo.
- Selección de herramientas y recursos para diseñar el producto final.
- Diseño de todos los productos finales por parte de los grupos.
- Comunicación y difusión de los trabajos para darlos a conocer a la comunidad escolar, a través del portal web del centro, blog, redes sociales, revista escolar, canal de vídeo, libro digital, etc.
- Aplicación de lo aprendido y feedback del proceso (respuesta colectiva a la pregunta inicial).
Como apreciamos, se trata de un proceso que requiere habilidades del siglo XXI, como son: tener iniciativa, investigar, crear, colaborar, comunicar, aplicar el pensamiento crítico y utilizar recursos TIC.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), aplicadas al ámbito educativo, tienen una función añadida: se convierten también en Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC).
En un proceso de ABP, las TIC-TAC serán un recurso potencial para desarrollar las diferentes fases del proyecto y motivar al alumnado. Cada centro, cada docente, cada grupo de alumnos y alumnas... tendrá que rentabilizar el uso de las tecnologías de las que dispone, y seleccionar tanto los dispositivos como los programas más apropiados para su proyecto, según sus intereses, necesidades, conocimientos, destrezas, etc.
Son innumerables los recursos TIC actuales. Para conocer cómo podemos utilizarlos en un proceso de ABP es recomendable leer el artículo "Selección de herramientas TIC para el Aprendizaje Basado en Proyectos”, donde se realiza una selección de herramientas tecnológicas organizadas para cada una de las fases: diseño, desarrollo, creación del producto final y evaluación.
Entre las múltiples funciones que nos brindan las TIC-TAC, destacamos el aprendizaje electrónico móvil (M-Learning), dado que facilita que las experiencias educativas se desarrollen de una manera más dinámica, fluida, holística… en múltiples y diferentes contextos. De este modo, el ABP traspasa los muros del centro escolar, posibilitando un aprendizaje sincrónico y asincrónico.
Para el empleo de los recursos TIC, especialmente en lo que tiene que ver con la creación y difusión del producto final, es recomendable utilizar licencias abiertas. Con el fin de dar un marco legal a esta forma de proceder, nacieron las licencias Creative Commons, que dan al autor el poder de decidir los límites de uso y explotación de su trabajo en Internet.
Los pasos para establecer tu licencia CC son muy sencillos: ingresa en esta página "Creativecommons.org", elige el tipo de licencia que desees y copia el código en el sitio o recurso del que seas autor o autora. Te proporcionamos, también, un documento de ayuda para encontrar recursos con licencia CC en Internet: "Búsqueda de imágenes con licencia CC" del Proyecto CREA.
Una nueva forma de trabajar exige una nueva forma de evaluar, en base a los siguientes principios:
- La evaluación debe centrarse en las habilidades mentales más que en la repetición de contenidos.
- Debe valorar ese camino hacia el aprendizaje, con lo cual debe realizarse durante el proceso, y no solo al final.
- El alumno es parte importante de ese proceso, por lo que debe saber qué se espera de él, cuándo y cómo, desde el principio.
- La evaluación, para ser más enriquecedora, debe ser multidireccional. Además de la evaluación por parte del profesor (heteroevaluación), hay que facilitar la coevaluación y la autoevaluación.
- Debe servir de retroalimentación al alumnado, con un feedback orientado a la superación en base a las posibilidades de cada estudiante; y también orientado a la mejora del proceso en sí y del papel docente.
- En cuanto a los procedimientos e instrumentos, la evaluación debe ser multimodal, empleando recursos que permitan valoraciones cualitativas y cuantitativas. Ejemplos: plantillas y cuestionarios, rúbricas, dianas de aprendizaje, test de preguntas, escalas de estimación, tertulias dialógicas, diarios de aprendizaje, etc.
Para facilitar la evaluación procesual por parte del alumnado, destacamos el uso del blog como diario de aprendizaje, ya sea individual o colectivo: un espacio donde pueden documentar su propio proceso formativo y las actividades realizadas, que les permitirá entrenar funciones metacognitivas para ser más conscientes de sí mismos como aprendices. Te facilitamos un recurso sobre la creación de blogs con este propósito: "Crear y configurar un blog".
¡NO LO OLVIDES! Siempre tendremos presente que los avances en el proyecto ayudarán a encauzarlo, necesitando a veces reformular la pregunta inicial en base a nuevos intereses, nuevas dudas, nuevos retos… que van surgiendo. Es decir, que debemos combinar sistematicidad con flexibilidad en el desarrollo del ABP.
No te sientas solo trabajando con ABP. Es importante que, como docentes, actuemos en comunidad, que compartamos nuestros conocimientos y experiencias e incluso que planteemos proyectos intercentros. Prueba de ello son los centros en red para enseñanzas activas de la Junta de Extremadura, que en abril de 2018 celebraron la I Jornada de centros ABP. Además, contamos con la posibilidad de formarnos, tanto de manera autodidacta como con las actividades formativas ofrecidas por diferentes instituciones, entre ellas el Ministerio de Educación y la Consejería de Educación y Empleo de Extremadura.
Ya seas inexperto o experto en ABP, te invitamos a utilizar los recursos educativos abiertos del Proyecto CREA de la Junta de Extremadura, que por su licencia CC-BY-SA, podrás incluso modificar, reutilizar, combinar y redistribuir si es tu intención. Con la misma licencia, a nivel estatal, tenemos el Proyecto EDIA.
A continuación, una síntesis del presente artículo en forma de presentación interactiva: Top 10 ABP.
Hemos abordado en este artículo los principales pasos y estrategias relacionadas con esta metodología, pero lo importante es CONTEXTUALIZARLOS en cada centro, grupo de alumnos y propósito.
¡Ánimo con la misión!